F R U S T R - A C C I O N E S
Para ver la bitácora, haz click en la foto.
El desorden, los gritos, las peleas y el llanto infantil contrasta con mi necesidad de silencio, espacio y trabajo. Sin embargo, a ojo de lupa, no hay por qué impermeabilizar el muro que separa mi necesidad de trabajar con mi etapa materna. Finalmente, mi oficio trata de movilizar reflexiones así que ¿Por qué no reflexionar sobre esto que me está condicionando tanto?
La mujer del siglo XXI es una súper mujer. Su forma de participación en la construcción social se ha saturado de valor creando un reconocimiento basado en ficciones. La mujer se ha convertido en una heroína reconocida capaz de sobrellevar todos los frentes que le han sido atribuidos. Con mi Ekeka, basta poner un cigarrillo para llenarse de superpoderes para seguir dando gusto a quien espera mas de mi.
No puedo precisar con exactitud los momentos en los que me he sentido impotente ante mi condición materna, pero si puedo mostrar –sin miedo- mis dudas y agotamientos. La crianza se desborda; no la puedes tomar en tus manos: se te va entre los dedos, y momento a momento hay que evitar que se diluya y caiga. Es un ejercicio de contención. La maternidad envuelve, abraza suave y aprieta. Cubre.
El desorden, los gritos, las peleas y el llanto infantil contrasta con mi necesidad de silencio, espacio y trabajo. Sin embargo, a ojo de lupa, no hay por qué impermeabilizar el muro que separa mi necesidad de trabajar con mi etapa materna. Finalmente, mi oficio trata de movilizar reflexiones así que ¿Por qué no reflexionar sobre esto que me está condicionando tanto?